Hay situaciones en las que el bebé vomita después de amamantar, y pueden ser más frecuentes de lo que pensas. Conocé las razones y qué hacer cuando esto sucede. La maternidad, tan soñada por muchas mujeres, viene acompañada de varias inquietudes. Comienzan antes del nacimiento, pero generalmente se intensifican después del parto. Ver al bebé incómodo, llorando o vomitando puede apretar el corazón de las mamás, especialmente de las primerizas. Sin embargo, la información les puede llevar tranquilidad. Esta guía para el “día a día” las ayudará a diferenciar si el motivo de las molestias es algo leve o más complejo. Es fundamental que los padres o responsables puedan identificar los motivos leves que hacen que el bebé vomite y las posibles causas más graves, que requieren una respuesta rápida para calmar al niño, o bien la necesidad de seguimiento médico. A continuación, encontrarás algunos motivos por los que tu bebé vomita después de alimentarse, así como consejos para evitar esta situación. ¡Allá vamos!
¿Por qué tu bebé vomita después de amamantar?
En la mayoría de los casos, esto es normal. La razón principal es el hecho de que su sistema digestivo es inmaduro, es decir, todavía está en formación. Los primeros dos años de un bebé son un período esencial de constante crecimiento y cambios físicos y neurológicos. Como la cuenta se inicia durante el embarazo, este tramo se define como los primeros 1000 días de vida, marcados por distintas evoluciones. El sistema digestivo no se queda fuera de este proceso. La válvula que existe entre el estómago y el esófago del bebé aún se está desarrollando. Dado que esta es el mecanismo encargado de contener el reflujo, el bebé puede tener dificultades para mantener todo en el cuerpo. Así, suele expulsar contenido después de amamantar. Esta situación se torna aún más común cuando la válvula tiene que trabajar más por algún otro factor. Por lo tanto, lo que puede hacer la madre o adulto responsable es prestar atención a estas señales – entender de qué se trata para saber cómo proceder y, así, hacer que el amamantamiento sea un espacio cuidado.
Analizando el vómito del bebé
El vómito del bebé también es conocido como golfo: un líquido que ha regresado, regurgitado, sin enfermedad, nada fuera de lo común, especialmente entre los recién nacidos. Por lo tanto, cuanto mayor sea el bebé, menos probable es que esto suceda. Aunque es natural -e incluso parte de un organismo sano- muchos bebés vomitan en función de factores que favorecen este acto, que se pueden evitar. Tras el episodio, es fundamental que tu mirada, como madre, esté atenta, para valorar si los motivos de los vómitos son frecuentes o no. Si el bebé regurgita y luego sonríe y juega, probablemente esté bien. Pero si se queja, llora o tiene síntomas como fiebre o deshidratación, podría ser un problema. Dado eso, no dudes en consultar con un médico o profesional. Buscando reducir la frecuencia de estos episodios, verifica si la razón por la cual el bebé vomita después de amamantar se encuentra entre los ejemplos a continuación:
Comió demasiado
El estómago de tu hijo aún se está desarrollando. Debido a que todavía es un órgano muy pequeño, no puede contener una gran cantidad de leche a la vez. Esta es la razón por la cual la alimentación debe ocurrir varias veces al día en esta etapa, y con un breve intervalo entre ellos. Pero, en ciertos casos, el bebé intenta succionar más de lo que su estómago puede soportar y, como resultado, su cuerpo decide expulsar el exceso de leche. Esta es la razón por la cual el bebé vomita inmediatamente después de amamantar. Por lo tanto, es importante que el propio adulto pueda hacerse una idea de cuánto líquido puede manejar el bebé.
Choro
Sí, una actividad básica para un bebé – como el llanto - puede provocar vómitos más frecuentes. ¿Alguna vez has notado cómo un bebé se cansa después de llorar? Así es. La acción de llorar requiere mucha fuerza por parte del bebé y, al utilizarla, es posible que vomite. Si el llanto continúa después del período de lactancia, aumentan las posibilidades de que el bebé vomite después de ser alimentado. Sin embargo, vale la pena mencionar que, antes que nada, es necesario identificar el motivo del llanto, puede ser el hambre y el cansancio básicos, o puede haber algún malestar mayor.
Liberación de gas (palmada en la espalda)
A medida que el bebé traga (deglute) el alimento, es natural que también tome aire, en lugar de solo leche. Es probable que esto cause un problema de gases. Por eso, inmediatamente después de amamantar, se acostumbra dar palmaditas suaves en la espalda del bebé, para que libere el aire atrapado en el esófago. En la vía digestiva, todavía puede haber leche yendo hacia el esófago, al mismo tiempo que el aire tiende a subir. De esta manera, el bebé puede terminar vomitando después de amamantar. Sin embargo, es cierto que hacer eructar al bebé es necesario y puede evitar que el estómago se hinche de aire, así como evitar los vómitos si bebe mucha leche. Así que este tema es contradictorio. Pero, al fin y al cabo, es importante señalar que tanto los vómitos como los eructos son elementos naturales de un recién nacido.
Mucho movimiento
Si el bebé se agita mucho después de comer, la digestión puede verse afectada y, dado que la válvula del estómago aún está muy sensible, puede vomitar. Por lo tanto, los niños/BEBÉS más inquietos tienden a regurgitar con mayor frecuencia. De esta forma, deberás intentar tranquilizar al pequeño en la medida de lo posible. Consejo: no lo pongas boca abajo; porque así dificultas el reflujo.
Ropa incómoda
¿Recordas cuando dijimos, más arriba, que la válvula que separa el estómago y el esófago es la encargada de contener un posible reflujo, pero aún sin consistencia en los bebés? Bueno, la ropa ajustada puede hacer presión sobre el vientre, de modo que las válvulas no puedan manejarlo. Consecuencia: vómitos. Por lo tanto, asegurate siempre de que la ropa le quede bien al bebé, permitiéndole realizar movimientos como estirar la panza, además de las actividades básicas (dormir, comer y jugar). Si hay molestias, considera si es hora de reemplazarlos por otros más grandes en el armario. ¡Recorda que, con un niño pequeño, la comodidad siempre es lo primero!
¿Qué hacer para prevenir los vómitos después de amamantar?
La mayoría de las causas de los vómitos post amantamiento son simples y fáciles de solucionar. Además, la regurgitación no siempre es una mala señal, dependiendo de la frecuencia y la sensación del bebé. Con eso en mente, hemos reunido algunos consejos más sobre lo que se puede hacer durante la lactancia para reducir las posibilidades de que el pequeño vomite. Pequeños cambios pueden marcar grandes diferencias en tu vida diaria.
Posição confortáveAdopta una posición cómoda
Durante la lactancia, es fundamental que vos, mamá, encuentres la mejor posición tanto para vos como para el bebé. Vale la pena recordar que el proceso solo es efectivo si el manejo es correcto y el niño puede absorber los nutrientes con éxito. Después de que se alimente, déjalo reposar y, si te lo recomiendan, podes darle palmaditas suaves para promover la liberación de gases.
Tranquilidad
Lo ideal es que los 20 minutos posteriores a la lactancia sean tranquilos, sin moverse demasiado, sin sentar al bebé ni cambiarle el pañal. Además de la calma en sí, este momento simboliza un momento agradable de conexión entre madre e hijo.
Bebé panza arriba
Si el bebé se coloca en posición horizontal después de lactar, debe estar boca arriba, nunca boca abajo. Por lo tanto, la tendencia al reflujo se reduce en gran medida.
¿Cuándo ir al médico?
La realidad es que no es necesario correr riesgos llevando a un bebé tan pequeño al hospital innecesariamente. Pero también es fundamental mantener un contacto frecuente con su médico. No necesariamente una consulta específica, sino abrir un canal de diálogo en el que te sientas cómodo para despejar cualquier duda con el profesional. Si bien los vómitos después de amamantar a menudo pueden estar relacionados con un cuerpo sano, también existe la posibilidad de que sea algo más grave. Para ello, es importante observar el aspecto del líquido (color, cantidad y olor) y otros síntomas.
Cuando el pediatra examina al bebé Estas son algunas señales de advertencia que, si se identifican, se debe consultar al médico de inmediato:
- Boca seca
- Fiebre
- Deshidratación
- Falta de lágrimas
- Menos pañales mojados de lo habitual (al menos seis al día)
- Moleira funda
- Somnolencia o irritabilidad
- Negativa a amamantar – o a comer si tiene más de 6 meses
- Abdomen hinchado
- Sangre o bilis (sustancia verde) en el vómito
- Vómitos espesos y persistentes media hora después de la alimentación
*En este último caso, puede tratarse de una condición rara: estenosis pilórica.
Conclusión
Cuando el bebé vomita después de amamantar, la familia puede y hasta incluso debe preocuparse. De hecho, esta personita es extremadamente delicada, y la reacción natural de un adulto es querer protegerla. Pero cualquiera que haya cuidado a un recién nacido antes sabe que esta es una situación muy común. Generalmente, las razones por las que un bebé vomita son simples y fáciles de solucionar. De hecho, en la mayoría de los casos, es una reacción por el hecho que el sistema digestivo se encuentra en estado de formación. La frecuencia varía según cada organismo. Entonces, ¡infórmate sobre otras posibles causas y prevení! Si bien los vómitos de los bebés pueden ser saludables y comunes, existen situaciones específicas. Por ejemplo, ante un aumento de frecuencia u otro signo que no pueda justificarse por razones convencionales, es necesario consultar con tu médico. El apoyo profesional es importante a lo largo de la vida, especialmente durante la infancia. Es importante que observes y no dudes en hablar con tu médico o profesional de confianza.
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